Cómo la pelicula El Demoledor nos enseña a balancear nuestra Organización
Acerca de la visión del mundo del 2032 hecha en el 1993
Demolition Man comienza situándonos en el año 1996, en donde Simon Phoenix tiene de rehenes a decenas de civiles. Aquí es donde entra el protagonista John Spartan, conocido por generar destrozos mientras realiza su trabajo como agente policial, captura a Phoenix a costa de la vida de los civiles. Ambos son sentenciados a pasar años en celdas criogenizadas. Es aquí donde la película salta al año 2032, mostrándonos un futuro sin violencia, pero también sin libre albedrío. Donde se multan las malas palabras, la policía no sabe lidiar con un delincuente agresivo, la inhibición de cualquier conducta guiada por las hormonas, y un gran etc., símil de “Un Mundo Feliz” del escritor Aldous Huxley.
Los problemas de una organización cargada a un extremo
Aún así no todos encajan en esta utopía. Bajo las alcantarillas se encuentran los autoexiliados, aquellos que muestran resistencia ante el modelo de Cocteau, buscando restablecer la libertad de acción y de pensamiento.
A lo largo de este material audiovisual se nos prueba que Spartan y Phoenix son la dualidad entre orden y desorden, compartiendo además la premisa “No tengo nada que perder” convirtiéndolos en las dos caras de una misma moneda.

Cuestionar las normas en conjunto, es la clave del balance
Demolition Man nos invita a la búsqueda del equilibrio a través de una tercera vía, el equilibrio entre el orden de San Angeles y el “desorden” de los autoexiliados. Ni control rígido, ni libertinaje.
Esto último es lo que nos permite hacer un análisis aplicado al área organizacional. Generalmente se coincide en que todos los extremos son malos, pero a veces no somos capaces de ver cuando ya estamos transitando en algún extremo, o a veces ni siquiera tiene que ser tan así, el solo hecho de no cuestionar las normas ya establecidas dentro de la organización es suficiente para quedar “atrás” en una sociedad tan cambiante como en la que estamos situados.

Aquí la invitación queda abierta a reflexionar, evaluar, cuestionar y replantear las normas actuales, ya sea en tu equipo u organización ¿Estas se siguen ajustando a las necesidades actuales?
¿Qué te parece este pequeño análisis del aporte de “Demolition Man” para el liderazgo organizacional?
Nos leemos pronto.
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