El Síndrome del Impostor a la hora de Emprender
El síndrome de impostor consiste en subestimar cada logro obtenido, junto a un miedo constante a ser descubierto como un “impostor” no merecedor ya sea del reconocimiento, rango, responsabilidades, poder, etc. Esa típica vocecita interna que te dice frases tipo “simplemente fue suerte, no eres lo suficientemente bueno como para seguir progresando”.
Como raíz general, está la inseguridad, ya sea por un perfeccionismo excesivo, miedo al fracaso y/o una baja autoestima.
Al momento de emprender, hay más incertidumbres que certezas, por lo que dudar de “una buena racha” es totalmente comprensible, pero si no lo controlas podría hacer que tu emprendimiento se estanque, porque trabajarás en ello por debajo de tu potencial.
Como emprendedor debes aprender a dominar el síndrome del impostor, a continuación, te dejo un par de métodos para controlarlo:
- Dejar de compararte con los demás: Sobre todo mediante redes sociales, hay que tener en cuenta que son un mero espejismo de la realidad, el otro muestra lo que quieren que vean y nada más, además, cada uno tiene distintos ritmos para todo, y eso está bien. Si quieres competir con alguien, que sea contigo mismo.
- Hablar con otras personas sobre el tema: Es muy probable que a quién escojas haya pasado por algo similar al síndrome del impostor, por lo que debería ser capaz de entenderte y contenerte, lo que ayudaría a normalizar este síndrome.
- Aceptar cumplidos: Sé que se lee tan simple y es tan difícil llevarlo a la práctica, por eso, lo mejor es que sea de manera gradual, practicando esto con tus personas de confianza. Estamos acostumbrados que aquel que acepta cumplidos sin más es alguien vanidoso y un sinfín de características que no van al caso. Dar las gracias, sin minimizarte ni excusarte ya es un gran paso, ánimo.
- Al momento de fijarte metas, descomponlas en pasos: Al hacer esto obtendrás gratificación cada vez que completes un paso, por muy pequeño que parezca, demostrándote a ti mismo que si eres capaz de cumplir lo que te propones y no un impostor.
- Chequeo de logros: Similar al consejo anterior, al tener todos tus logros anotados en un mismo lugar podrás recurrir a ellos cuando más los necesites.
A veces, damos por obvio cualquier logro, como si se tratara de algo inherente a la persona, cuando no es así. Por esto, un pequeño recordatorio de todo lo que has logrado para así gatillar los recuerdos del “cómo” lo lograste no viene mal.
Estos consejos, de ninguna manera reemplaza al principio de individualidad con el que cada profesional de la salud mental debe trabajar en conjunto con el paciente.
Si realmente tus inseguridades, en este caso el síndrome del impostor, te sobrepasan e impiden que te desenvuelvas en tu vida cotidiana, no dudes en acudir con un profesional. Recuerda que pedir ayuda psicológica no es para débiles, es de personas responsables.
Hasta aquí la entrega de hoy, si te ha gustado no dudes en compartirlo con alguien más, podría serle de ayuda, sobre todo si sospechas que posee el síndrome del impostor.
¡Nos vemos en una próxima entrega!
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