Enseñanzas de Million Dollar Baby (Parte 2)

En el artículo anterior nos enfocamos en dos puntos que nos dejó Million Dollar Baby (Talento Innato y Arriesgarse). Hoy, para finalizar este post, nos enfocaremos en nuestra última enseñanza del destino.

Perder

No existe sentimiento más punzante que el fracaso. A nadie le gusta pasar por esa sensación de perder, ya sea por haber puesto tanto esfuerzo solo para que sea en vano, o tal vez porque no estabas lo suficientemente preparado. A nadie le gusta perder. Y aun así, es una parte importante del aprendizaje. Tal como nos demostró Rudo.

Rudo es la única persona en ese gimnasio que parece estar fuera de lugar, lanzando puños al aire, evitando interactuar con los implementos, etc. Y a pesar de todo esto, parece entusiasmado y muy seguro de la idea de que puede sacarle el título a un campeón. Si has visto la película, sabrás que basado en solamente la apariencia todos son capaces de noquear a Rudo sin levantar un dedo. No es sorpresa que su primera pelea resulte ser la más brutal de su vida.

Acorralado en una esquina del ring, sin ninguna experiencia previa lo único que pudo hacer en ese momento fue recibir golpes. Si no fuera porque alguien alcanzó a detener la pelea, pudo haber sido peor.

Una vez que el conflicto se ha resuelto, vemos que Rudo ya se fue del gimnasio, probablemente derrotado y decidido a no volver. Quizás el boxeo no era lo suyo. Pero de alguna manera, después de varios días, él vuelve.

La razón del por qué decidió volver a entrenar se da claramente en el momento que la pelea se detiene: “Cualquiera pierde una pelea”.

Esa fue la enseñanza que Rudo aprendió durante el tiempo que no estuvo presente. ¿Qué es tan importante acerca del fracaso que lo motivó a regresar? Dos puntos aparecen en mente:

  1. No es el único que pierde: Si bien no está implicado el hecho de que él estuvo observando la pelea en donde su oponente pierde, nosotros los espectadores podemos mirar como incluso él, contra un viejo, pierde lo que se suponía era una pelea fácil.
  2. Aprendió de su propia pelea: ¿Por qué ser boxeador si no estás dispuesto a recibir un par de golpes? La sobreprotección que le dieron a Rudo por meses previó que el tuviera la oportunidad de demostrar sus “Habilidades” con un oponente de verdad. Aprendió que a pesar de lo mucho que presumía acerca de ser campeón de boxeo, no era 100% invencible.

Y tal como lo vemos aquí, perder es parte del proceso. Nadie pasa por el periodo de aprendizaje sin arriesgar perder en el transcurso, si fuera lo opuesto, más gente de lo común abandonaría lo que empezó y no volvería a intentarlo. Se requiere de verdadera preocupación y dedicación para perseguir el éxito mientras aprender a perder en el camino.

Y con esto concluimos nuetras tres enseñanzas. Nos vemos en la próxima entrega .

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