Liderazgo en la Práctica (Parte 1)

¡Bienvenidos Emprendedores! Seguramente durante el tiempo que llevan en el mundo de los negocios, han debido llevar a cabo diversas acciones para que sus trabajadores se sientan felices, alegres y motivados con el trabajo; pero para ser sinceros es un verdadero desafío poner en práctica algún estilo de liderazgo.

En la actualidad podemos encontrar diversos artículos sobre el liderazgo, ya sea, un manual de habilidades y capacidades sugeridas para que una persona logre mejorar el desempeño de una empresa, pero podemos analizar al liderazgo no como un concepto que incluya solamente a los altos gerentes empresariales y los gobernadores para conseguir los objetivos de las naciones, sino más bien, como Una capacidad que permite el éxito en el desarrollo de cualquier actividad grupal o individual”.

La condición de ser líder, permite el correcto funcionamiento y ejecución de una infinidad de actividades que se realizan diariamente tales como: participar de una reunión de apoderados, integrarse a un equipo deportivo, organizar una fiesta e incluso prácticas de liderazgo propio como reflexionar, meditar o planificarse.

En éste articulo analizaremos cómo en la practica se puede aplicar el liderazgo transformacional.

El Líder Transformacional

Para poder graficar de mejor manera el concepto de liderazgo transformacional, vamos a poner como ejemplo al protagonista de “12 Angry Men” (película clásica de 1957, dirigida por Sidney Lumet), donde el jurado nº8 interpretado por Henry Fonda, ha tenido que ser parte de un comité conformado por 12 hombres para deliberar sobre la condena de un adolescente de 19 años acusado de asesinar a su propio padre. La particularidad de este caso, y tal como lo evidencian los participantes del juicio, es que todos voten culpable para terminar pronto con el asunto y atender sus actividades personales, es importante recalcar que la decisión debe tomarse por unanimidad, por lo tanto, todos están conscientes que llegar a un acuerdo o tratar de debatir significa un enorme gasto de tiempo y energía personal.

Si bien en un principio el ambiente denota un grado de confianza por la tendencia del veredicto hacia la culpabilidad del joven, ésta se ve rápidamente truncada por un voto a favor de su inocencia, el cual es efectuado por el protagonista con la premisa de que “toda persona es inocente hasta que se demuestra su culpabilidad” y él, tenía varias dudas sobre los argumentos y testimonios presentados durante la audiencia. Este punto de quiebre sobre la dirección aparentemente lógica de la primera estrategia del grupo, no está satisfaciendo en verdad el objetivo de la conformación del grupo, que es exactamente ser justos. Quiero, por lo tanto, con la reflexión anterior, profundizar en el correcto juicio que posee nuestro protagonista logra identificar el momento en que el grupo se desvía de sus objetivos y principios bases y como de aquí en adelante logrará volver a encarrilarlos. Es preciso también señalar que el protagonista logra comprender que el determinante del resultado posee una correlación directa con el juicio humano, donde, la irrelevancia o inocencia de la “opinión” propia no tiene cabida ya que el juicio que posee cada uno de estos hombres sobre los hechos está determinado por diversos factores como: los prejuicios (ideas preconcebidas sobre la realidad), los intereses, la influencia del pensamiento de la sociedad y de la opinión ajena (actitud sujeta a menudo al miedo a la imagen que proyectamos), la apariencia, etc.  Por lo tanto, estas habilidades y características personales, tendrán consecuencia directa sobre la resolución final, que en este caso puede resultar ni mas ni menos que en una condena a muerte.

Con el paso del tiempo, los diferentes integrantes del grupo de trabajo, van mostrando actitudes de diferente tipo: agresivas, impacientes, introvertidas, indiferentes, etc. ya que como se señaló anteriormente cada uno de los integrantes del jurado es un reflejo de modelos humanos atrapados bajo cuatro paredes (se pueden apreciar diferentes ocupaciones como: un inoperante publicista, un racional arquitecto, un indiferente vendedor de mermeladas, un templado relojero, un pre-juicioso dueño de garajes, un humilde anciano jubilado, un noble pintor, un reflexivo hombre de barrio honesto, un corredor de bolsa imparcial, un iracundo vendedor de seguros, un empleado del banco sin criterio propio y un asistente de entrenador con voluntad).

Consciente de aquello, nuestro protagonista tratará de encausar cada uno de los atributos de su equipo en pro de lograr el objetivo final mediante la reflexión. Esto se ve evidenciado a lo largo de la película mediante el tacto que posee para lograr llevar a cada uno de los jurados a explotar su potencial con diversa s estrategias personalizadas que lograran finalmente tener un desempeño optimo en la tarea a ejecutar.

La forma de liderazgo que posee Henry Fonda es de tipo transformadora y asertiva, ya que el defiende su derecho a opinar votando diferente a los demás por la inocencia del joven, pero sin pasar a llevar la postura de sus compañeros, por ejemplo, al exponer su postura frente al hecho de que podía existir una navaja igual a la que uso el acusado o cuando trata de probar si un testigo efectivamente demoro 15 segundos en salir a mirar al pasillo, lo hace de forma respetuosa, intrigante y muy convincente, lo que promueve una conversación muy fructífera cuando sus compañeros van tomando también ésta posición asertiva al momento de discutir, donde se escuchan, se respetan y promueven un ambiente ameno para descubrir nuevos puntos de vista.

Por lo tanto, un buen líder es un agente de cambio, que puede conocer y manejar diversas variables en un entorno cambiante. El ser un agente transformador se logra mediante la búsqueda de la motivación intrínseca del equipo humano y personal, en vez de instaurar una motivación extrínseca dictaminada por el líder. Es decir, el liderazgo, más que un conjunto de habilidades o una capacidad personal es un estado de consciencia. Este liderazgo se vuelve transformador cuando se sustenta en un compromiso colectivo que anima a las personas a acceder a estados superiores de motivación, convivencia y consciencia.

Por lo tanto, un buen líder es un agente de cambio, que puede conocer y manejar diversas variables en un entorno cambiante. El ser un agente transformador se logra mediante la búsqueda de la motivación intrínseca del equipo humano y personal, en vez de instaurar una motivación extrínseca dictaminada por el líder. Es decir, el liderazgo, más que un conjunto de habilidades o una capacidad personal es un estado de consciencia. Este liderazgo se vuelve transformador cuando se sustenta en un compromiso colectivo que anima a las personas a acceder a estados superiores de motivación, convivencia y consciencia.

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