Postura corporal y su Efecto en nuestro público

Cuando queremos exponer ante un público, es fundamental que utilicemos todos los elementos que tenemos a disposición como serían la voz, las ayudas visuales y la postura. También es necesario buscar maneras de mejorar estos elementos para convertirnos en mejores presentadores.

Nuestra postura corporal puede comunicar incluso más que nuestra voz en muchos casos. Si nos enfocamos en esto, podemos diferenciar algunos tipos de posturas las que podemos utilizar a nuestro favor o para identificar qué es lo que quiere mostrar nuestro interlocutor.

• Cercanía: Si estamos realizando una presentación y nuestro interlocutor se inclina hacia nosotros, es señal de que nos están prestando atención. También podemos inclinarnos hacia nuestra audiencia como comunicando un secreto o para generar atención.
• Lejanía: Si nuestro interlocutor se aleja de nosotros es porque algo no le interesa o incluso le molesta.
• Postura ancha: Cuando queremos vernos más arrogantes o reforzar nuestra “fuerza” durante la presentación, podemos cruzar los brazos e inflar el pecho en señal de que la opinión de nuestro interlocutor no nos es importante o queremos restarle importancia.
• Postura contraída: Demuestra que nuestro interlocutor se siente presionado o incluso atacado por lo que estamos diciendo.

Si bien muchos expertos han tratado de clasificar las posturas, en muchos casos para intentar averiguar qué es lo que nuestros interlocutores están pensando.

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Existen técnicas asociadas a leer ciertas indicaciones del lenguaje corporal comenzando por las expresiones faciales hasta la posición de los pies.

En el caso de las expresiones faciales, se ha estudiado como al conversar movemos los ojos en señal de buscar una idea o crear una mentira.

Al mover las manos o cruzar los brazos también comunicamos, por ejemplo los brazos cruzados indican que lo que estamos escuchando no nos gusta o lo desaprobamos.

Por último se dice que nuestros pies siempre dicen la verdad, que podemos fijarnos en lo que hacemos con nuestras manos, con nuestros ojos e incluso con nuestra voz. Pero nuestros pies y la posición en la que se encuentran denota más de lo que queremos. Por ejemplo si nuestros pies apuntan hacia nuestro interlocutor, significa que estamos cómodos conversando con esa persona, en el caso de que uno de nuestros pies apunte en otra dirección significa que en realidad no estamos cómodos en esa situación.

Por todo esto nos damos cuenta de lo importante que puede ser nuestro lenguaje no verbal al momento de enfrentarnos a nuestra audiencia.

La recomendación es practicar a diario los discursos, ojalá frente al espejo o con alguien que pueda evaluar su efectividad.

Nos vemos en una siguiente entrega.

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