Un “FODA” de mi mismo

Conócete a ti mismo es la máxima socrática de hace siglos, que expresa una tarea para toda la vida, la más seria de todas las tareas. Es un camino largo y complejo donde aprenderemos a ver quien realmente somos y que es lo que realmente queremos. Mucho de lo que somos fue formado durante nuestra infancia, por lo que existen muchas oportunidades donde aparecen emociones que no sabemos desde donde se originan o por qué son tan poderosas en nosotros.

Así, sólo se puede querer lo que se conoce; si uno es perfectamente desconocido para sí mismo, es difícil poder quererse. Esto porque no podemos valorar no lo que no sabemos que existe, todos tenemos cualidades positivas y negativas, el conocer las positivas nos ayuda a querernos, el conocer las negativas a podemos trabajarlas y volvernos mejores.

Algunas de las preguntas a las que con frecuencia es difícil encontrar respuesta son:

¿Quién soy?, ¿Por qué reacciono así?, ¿Qué me hizo sentirme así?, etc. Debiéndose esto a que no nos conocemos lo suficiente. Debemos tener en cuenta también que esto se puede e incluso debería trabajarse de manera personal, pero también con ayuda profesional.

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Se dice que cuando aprendemos a conocernos, en realidad vivimos; y efectivamente, no podemos vivir con algo o con alguien que desconocemos (uno mismo); mucho menos emplear capacidades, recursos o habilidades desconocidas para nosotros de nosotros mismos.

El conocimiento de sí mismo no sólo afecta positivamente a la autoestima, sino a las relaciones con los demás, y hasta la comprensión del mundo, del universo.

Existen muchas maneras de conocerse a sí mismo, pero recomiendo personalmente comparar las imágenes externas e internas siempre, por ejemplo; Puedo comenzar a meditar, para adentrarme en mi mismo, centrarme en mis problemas y resolverlos dentro de mis capacidades. Esto me ayudará a identificar mis problemas, pero también la raíz de los mismos (generalmente va asociado a una debilidad o una manera de manejar los problemas negativamente) pero también podemos usar nuestro entorno, pedir feedback a nuestros cercanos (familiares, amigos y compañeros de trabajo). Esto nos permite, saber si la imagen que tenemos de nosotros mismos, es la misma que proyectamos hacia nuestro entorno.

Recuerden que el conocerse a sí mismo es un camino, evitemos la frustración, convirtámoslo en un proceso y disfrutemos las pequeñas victorias que nos entrega el conocernos cada día un poco más.

Nos vemos en una siguiente entrega.

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